37 minutos y fin: ‘el Clásico del Astillero más oscuro’
Un árbitro vacilante, tres futbolistas furibundos y un mandato ruin (hacer teatro) aceptado por dos cómplices componen la fórmula probada para manchar, en solo 37 minutos, una hidalga rivalidad de más de siete décadas entre Barcelona y Emelec: el Clásico del Astillero.
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